Renace este otoño en horas de hastío
entre calles de fachas polvorientas,
en remolinos pardos, girando sombríos
interminables alrededor de las penas .
Reaparece de ocres grises e inefables
plagado de agudos cardos y cipreses,
de chamicos agrios e implacable sol,
tendiendo en silencio sus serrazones.
Regresa en silencio por los peñascales
y se esconde en una curvada del rio
que ha mojado paterno las sementeras
mientras secaba las gotas del rocío.
Caen las tardes en brazos del viento,
caen las hojas lloradas largamente,
se anuncia el frio en las penumbras,
el otoño triste ha llegado nuevamente
Gustavo Echegaray A.