Renace el otoño
en horas de hastío,
entre calles polvorientas,
remolinos sombríos,
girando sin pausa
alrededor del frío.
Se anuncia el invierno
en las penumbras.
El otoño triste
ha llegado nuevamente.
Reaparece en ocres,
en grises callados,
cardos implacables,
cipreses alzados.
Chamicos amargos,
un sol desgarrado.
Vuelve en los peñascos,
silencio al acecho,
se curva en el río
que besa los surcos
y seca el rocío.
Caen las tardes
en brazos del viento,
caen las hojas
llorando el tiempo.