Adrian VeMo

Mano de Obra

 

Cuando alze el grito

la mano de obra.

Se estremecerán

las fábricas

y la bolsa.

Serán más tristes los hospitales,

será la tierra fértil un cementerio de raíces muertas,

habrá pánico de suciedad.

Enterrará la oposición

su cabeza de avestruz.

 

Si dejaran de obrar

esa ola de puños cuarteados

la mansedumbre de almas sucias

las ojeras donde se amontonan las horas

los pies rasguñados por las uñas de las aceras.

 

Crepuscularán las ganancias.

 

Los dueños de corbata

los que atentan la piel madura

se llevarán la noción

del sabor a polvo en la mañana

el vacilar de la saliva en la garganta

la sinsazón de un lunes verdugo.

No hay abril en los almacenes de avaricia

y en los depósitos de ancha codicia

sólo hay agostos.

 

No pregunten

si decide la mano de obra

en cruzar los brazos

o peor

sacudir la tierra

porque tal vez esto termine

siendo una

hecatombe económica.