Hoy quiero necesito y anhelo escribir... escribir de nuevo, una vez más a mi amor...; a ese amor por la que mi vida consiguió rebosar de alegría y agradable sabor, que entonando dulces mis sintonías y modelando paciente mi condición, hízome dulce su compañia y estrepitoso su candor.
Si mi vida... hoy te escribiré, y haré con mis letras temblar a mi propio puño trazando rasgos por los que se describen un amor puro y sincero, un amor de verdad, un amor de los que no se haya, de los que cuesta alcanzar, de los que una vez has conocido es imposible olvidar.
Si amor... hoy te escribo y con ello habrá testigos de que un ala se pliega y solo se despliega por un mismo motivo.
Simple para mi, quizás para muchos complejo y poco entendible motivo...
Complicado entender si antes no lo has adquirido, si antes no lo has vivido, si antes no lo has sentido, si antes no lo has querido, si antes no lo has acometido, o bien si antes de todo corazón y con el más puro amor a el te has entregado y rendido.
Hoy te mando rasgos salidos de mi adentro...; con esta pluma fabricados y expresados de mi mano en ellos te relato mis sentimientos, solo tuyos y de ti bien conocidos por tornar dulces los lamentos, que en la distancia te refieren insistiendo siempre en lo mucho que te quiero.
Tu sabrás amor... sabrás interpretarlos, sabrás deducirlos, sabrás deletrearlos, sabrás acompasarlos, sabrás acomodarlos... pues se que es tan grande tu amor por mi, como el que siempre yo te he profesado.
Por tanto, con todo y por siempre; fabrico, te digo y te envío latente desde lo más hondo de mi corazón éste profundo y sentido que nunca obligado, ¡si no bien de adentro nacido!...;
Este más que ayer, éste menos que mañana, éste por siempre:
TE AMO.