Te sentí en mis labios
cómo lluvia fina
llenándome de encanto.
Te sentí en mi cuerpo,
desprendiste tus lunas
sobre el,
haciéndome entender
cuánto me amas.
Y tus manos se volvieron
ríos y tu cuerpo mar
y todo lo que sentía
parecía no acabar.
Y navegamos juntos
en el gran amor
que me das,
en tus aguas y en las mías
cómo el más hermoso mar.
Te sentí en mi alma,
parecía no terminar
toda esa ternura
que llega por detrás.
Y tu piel me gritaba
y la mía te anhelaba
y en el momento justo
que nos buscamos para
explotar,
tus labios me decían
que no me dejarías de amar.
YOLANDA BARRY.