…mas los tropiezos me robaron la calma,
desesperé y maldecía el tiempo,
lo hice culpable de ser en esta vida,
el promotor, de mi pena y lamento.
Quise matarme buscando una salida
y como escudo a tanto sufrimiento,
Sin escuchar voces que me decían,
que todo pasa, sólo espera el momento.
Fueron heridas que a su paso dejaban,
Malos recuerdos dentro del pensamiento.
Y envuelto en llanto por todas las tristezas,
Se han convertido en cicatrices del alma.
Hoy que te encuentro tan vestida de blanco,
Como en altares hay Vírgenes y Santas.
Miro hacia el cielo y me dicen las nubes
Que vas a ser mi fe y mi esperanza.
Si acaso un día me ves un poco triste,
Nunca permitas que mire hacia el pasado.
Abre tus brazos y alójame en tu pecho
Con el consuelo de estar siempre a mi lado.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita