TU CORONA DE ORO
El poeta en la cumbre,
se siente cantar
y la viña dorada que el sol jugoso
con candor alegra la montaña
y con fino declive
hacia las olas va.
El mar está dormido, el cielo es claro,
melancolías de espumas sedosas
sobre la paz de los azules divinos
de tu pecho…
se deslizan lentas
para no ser mañana.
Mi juventud palpitante
tú la conduces por tu piel.
Yo distraído, en mi interior
veo lo parecido
que nos acoge el sol.
Como un racimo por arte de mi mundo verde,
me saca miel bajo la piel tensa.
Melancolía al fin del día
juega con tu corona de oro
y mi gozo por comerte
como una uva.
21 de julio de 2014
Rafael Molero Cruz