¡Oh rienda suelta peregrina
Que el claustro de tu alma cautiva,
Sé que estas hoy de rojo escarlatina
Llorado del favor su rodilla inclina ¡
Para que volváis con voz la cantarina
Nuevamente a mi hogar mi fugitiva,
Alegra mi antro su tono aviva
Mi alma perdida en ti que viva;
Un corazón preñado de sentimientos
Abultada la respiración la angina
Del pecho, deliran los pensamientos.
Sin encontrar puerta de luz ilumina
Oscuro pasillo la razón confundida,
Puesta en ti la fe, inútil bizantina.