Mi Dios, mi pastor
me guardas en pleno descanso
limitas mis angustias, las reduces a un grano
no me dejas huir de ti
no permites a mi alma decir:
¿Podré salir de tus campos?
¿Hallaré morada mejor lejos de ti?
Se agotarían mis fuerzas y mi aliento cesaría
nada sería mi vida,
tan solo niebla que en un tiempo acabaría.
¡No buscaré en otro lugar!
¡No saldré de aquí!
¡Donde nada me faltará!
¡Ese es mi hogar!