No estás más, que en tus poemas,
así reconocí,
como la vida vive
después de morir.
He leido tu historia en estrofas
estampada por tu lapíz sutil
como única diva poética
aun lejos, llegas a mi.
Si tu voz muda pude mirar
desde mi fuero interno
lo mejor fue escuchar
como cantas tu poesía especial.
Inmortalizada tu voz de rima
provocó una alegría en mí.
escucharte recitar, rapsoda femenina
me abarcó hasta sentir.