El viejo pordiosero
esperando el dinero
se queda dormido.
Con mirar lastimero
vive su desconsuelo
desapercibido.
En el mundo entero
todo limosnero
lo mismo ha vivido.
Sensibilidad cero
aumenta el desmedro
del desposeído…
Es el triste espejo
del mundo moderno
que hemos construido
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Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Maracaibo