Pensando en dioses
piso tu tierra,
ellos habrán labrado el camino,
solo yo escupo fuego
sobre cicatrices
de tu piel vencida.
Ríos helados
en tu verano
de flores pálidas
lloran en tus mejillas
pasados sin magia.
Del alma
al fuego
luego
a las cenizas,
de mi mundo al tuyo
fabrico escombros,
de pie
en el último beso
desarrollo lo inevitable.
Amor,
sin saber querer
bajo duchas de errores
aprendo por ti,
luz,
sin ser manso
me mezo en lo puro
del profundo de tus ojos.
Trucos de barro,
lluvias de colores,
leyendo tus márgenes
espío la demora
de mis vanales sueños,
tejo el imperfecto lazo
desuniendo la angustia
que atrapaba
tu beldad marchita.
Atrás queda el infierno,
las tinieblas de tu consciente,
delante las preguntas
y ni una sola promesa,
pero confía en mí,
quizás algún día
nos echemos de menos
y el mundo que ahora dibujo
no sea más que un trazo
en el leve desperdiciar
del tiempo retratado...