La noche cae solitaria
por los ángulos de la tierra
que incendian luces en la ciudad
junto a maravillas del firmamento.
Por calles multicolores
caminan unas chicas
derrochando brillo simple
por la tangente de la vida.
Sus vestidos dorados escarlata
tienen la marca del diseño social
fabricados a escondidas del sol
y decorados bajo la luna.
El placer hábil disimulado
deja marcadas huellas negras
tras sus zapatos de tacón ancho
y una fragancia a flor de ébano
gotea bajo toda su piel.
sin darse cuenta a ciegas
todo animal nocturno
comienza arrastrándose
en la misma tangente.
© Emig Paz
(Del Poemario:Versos Matemáticos)