El tiempo, enamorado de tus ojos
se durmió en tu boca,
tu pelo lo pobló de mariposas
en un intento innecesario
de hacerte más hermosa.
Tu corazón cubrió con oro
y allá en tu alma,
sonámbulo y travieso
depositó una rosa.
Sobre tu frente se cuajo la luna,
pues no encontró espacio más divino,
y desde el fondo del espacio,
dos estrellas celosas
impregnaron tus ojos
de la mirada más lujosa.
Eres de tiempo, mariposas, luna, rosas,
tu solo aliento conquista los milagros
entre las trampas que la vida forja.
Tu amor se yergue como
un querido astro
que brilla más,
y mientras más lejos
mas se añora.