¡Compadre gavilán, como está!
-saludó la lechuza-
Aquí comadre, muriendo de hambre
la comida ya es escasa en estas montañas.
¿Y mi compadre comadre?
-pregunta el gavilán-
¡Ayh!, compadre igual anda preocupado
buscando comida pa nuestros crios.
¡Mas crios comadre!
-exclama el compadre-
Si los viera compadre
son mas hermosos que sus ahijados
-alaba la lechuza, sacudiendo su plumaje-
A la semana siguiente:
¡Hola comadre, le veo triste comadre!
-saluda el gavilán-
¡Ayh!, compadre y todavía me lo pregunta
usted si que es un hijo de mala madre
-encara la comadre muy furiosa,
un torrente de lagrimas cae de sus ojos-
El gavilán tomando distancia en otra rama
consiente de su falta, exclama:
¡Ayh!, comadre usted me dijo
Que sus crios eran hermosos
Y los que yo comí eran unos crios
Horribles de espantosos ojos.
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Domingo 15-05-15.
-recuerdo de mi padre, en la década del 70, nos contaba estos cuentos antes de dormir.