“Tú, mi amada”
Con la sutileza de tus manos,
Y el candor de tu mirada;
Envuelves a mi vida,
En un verano de esperanza.
La fragancia de tu cuello,
Con el sabor de mermelada;
El cual endulza mis labios,
Y sacias todas mis ganas.
Por la noche cuando duermo,
Refugiando en tu regazo;
Cual niño temeroso,
De no encotrarte a mi lado.
Despertarme con tu beso,
Con la dulzura de tu mirada;
Con tu hablar dulce y fino,
Empezando mis mañanas.
Es por esto y mucho más...
... vida mía
Que al cielo alzo la mirada,
Le doy gracias a mi señor divino,
Por una esposa inusitada;
Que brindó su sapiencia etérea
A hacerme el mortal más bendecido.
Mi deseo, mi amada, el más anhelado,
Es que cuando llegue a viejo,
Con mi cabeza blanca y mis fuerzas agotadas;
Pueda morir con un beso y cerrar mis ojos,
Deleitando nuevamente mi alma,
Con la mujer que estará junto a mi hasta
La última morada.