Nos arrastrará la vida lejos de los ayes
de mi dolor extremo y tu lírico quebranto
en una hermosa tarde humedecida de tristeza
donde ya no se respira y la noche cubre el llanto.
Hemos de ir tan lejos como quiera el infinito
con mis ojos ya sin vida y tu voz adormecida
ya no lucharemos más por ser lo que no fuimos
ni tentarán las ganas por tener lo que no tuvimos.
Pero volveremos a la vida eterna
cuando el viento nuestras cenizas lleve
por los páramos agrestes de las melancolías
y los haga florecer con el agua de los llantos…
Sólo un sentimiento no volverá más
el amor arropado de besos y caricias en el lecho
disfrutando placentero en tu vientre conmovido…
fraguado con ternura, entre tus senos y mi boca.
Delalma
Jueves, 7 de mayo de 2015