Besaré silente el milagro de tus labios Cuando desnudes el imán de mi nombre Y la aldaba de tu lengua sea ausente de aires El exacto camino que me conduce. . Reposaré mi doble vela sobre tus ojos Y mientras sea escaso el aire, me iré hundiendo En la hoguera marina de tus verdes aceitunas . Sé que tienes un río de Luna Que desciende virgen Hasta el rellano de tus raíces Que es donde tu sombra zaina Me invita a recostarme De espaldas a la noche . Sé que maduro escondes el fruto Del dulce néctar, florecido de tu árbol En esa rama donde los niños no alcanzan Y las noches sonrojadas no escapan En espera de su colibrí erótico