SABOR DE UVAS Y ALMENDRAS
En esta noche de luna
yo quiero ver a tus sedas,
por las puertas del amor
entraré yo para verlas,
y tu tendida brillando
con tus lustrosas veredas,
con tus columnas de mármol
llenas de bello y de perlas,
por lo que iré palmo a palmo
empezando por tus cejas,
por tus pupilas de vidrio,
por tus racimos de uvas,
y luego comer tus peras.
Aquí beberé tus aguas
que son sabrosas y frescas,
luego bajaré a tu selva
cual leones y panteras,
y voy a luchar a muerte
y con mi placer vencerlas,
y con mi puñal de embrujo
a esa valiente fiera,
que tiene infiernos de carne
e incandescentes calderas,
volcanes como montañas
que derríten a las piedras,
trópicos que son tan dulces
como cerezas y almendras,
y yo la quiero amansar
como la más brava fiera,
y la voy dejar tan mansa
para que se abra las puertas,
la mía zagala linda,
esa gruta semi abierta,
para probar mi puñal
más allá de sus hogueras,
y en jadeantes suspiros
y en plena batalla y guerra,
se va a quedar dormidita,
la mía zagala tierna.
Francisco de Sotavento