Gracias al gusto, que tengo para gozar la ocasión
De aquella burda simpleza o un delicado sazón
Gracias a éstos, mis ojos que me hicieron el favor
De permitir ver la forma, la estructura y el color;
Gracias a ésta, mi piel, que me entregó la textura,
La suavidad y el calor de la inefable hermosura;
Gracias le doy al olfato, que me dejó distinguir
Esas divinas fragancias del cotidiano vivir;
Gracias a mi gran amigo, que me dejaba escuchar
Esos sonidos grandiosos que todo hacían vibrar;
Gracias le doy a la mente, esa divina intuición,
Que se adelanta al momento y a la egoísta razón;
Gracias, le digo sincero a esa alma inmortal
Plena de sabiduría de ese saber ancestral;
Gracias a ese mi espíritu, que despertó mi fervor
Y me mostró que la gloria siempre estará en el amor;
Gracias a todos amigos, gracias te digo mi Dios,
Gracias por darme sentido, por hacer uno ese dos;
Porque enviaste ese llamado cuando vivía ese sufrir,
Hoy, con tu Divino Aliento, gozo el placer de servir…