El tiempo es una curva sin retorno, un espiral arrugado de obstáculos tempranos y tardíos. Las horas caminan como lo hacen las personas, se suspenden vuelan encima de horas más pequeñas que las primeras, secundarias y derretidas. Volvíanse locos trenzándose de sus cabellos incoloros. El tiempo no se seca como la lluvia, sin embargo por añadidura siempre se moja en diminutos charcos de sangre, hiere a los hombres y ama a las mujeres. Nos embarra al espejo del baño para encontrarnos a nosotros mismos. El tiempo va muriendo, lo sabes, las líneas perpendiculares de tu labio superior no te deja parapetarlo. Yo no lo entiendo... No entiendo el mimetismo cíclico del calendario. Que son esas pausas poéticas del descanso momentáneo y eterno. Juegas a ser diosa, amante de Thanatos. El tiempo se despide de ti , se va por tu ventana y vuelve cual vomerang con brazos para darle vida al despertador.