Desde el dulce umbral de mi niñez
Mi mente divagó entre ilusiones
Te admiré desde arroyos de fe
Hasta el gran mar de mis intenciones
Y desde ese umbral, hasta el postigo
De el hoy, que camino cual mujer
Mi divagación sigue contigo
Y como mujer… ¡Cuanto te amé!
Quiso fiel destino, que se abrieran
Esos mares de mis intenciones
Y ni bien, en orillas te hallé
Hice realidad ilusiones
Y en mi dicha te pude tener
Hoy el arroyuelo se ha secado
Brilla hondo un océano que fue
Mis intenciones, total se han dado
Y tu amor, duerme en lo que soñé
Beatriz Vicentelo 21.5.15
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