Una mañana otoñal
me asombré de ver tal belleza,
nació un niño precioso,
una perla.
Mi nieto lindo y adorado.
¡Me sentí feliz ese día..!
viéndolo con sus ojos grandes
color café,
con su cara risueña.
Divino, precioso, encantador,
con su pelo color trigo,
piel color miel, canela.
¡Hera ..hermoso como un jacinto,
resplandeciente como la luz.
Llegué al jardín...suspiré, pensé.
Llegó como un rayo de luz,
silencioso como el amanecer,
bello como el atardecer,
libre como el viento, escritor.
Dando amor
y pidiendo cariño.
Enamorado de la vida
y, del romance.
Con el corazón como el mío.
Libre, amoroso y tierno.
Un poeta.