Maldición por qué regrese -en un día como hoy- (las horas pasan)
y el siglo es una dosis desmedida del tiempo (gramo) de alma que cada día pierdo...,
y no es lamento, sino una fractura en el pecho
-una lesión en el alma-
donde no puedo huir, sino en el flujo de palabras
de esas sanguíneas que palpitan en mis ojos
para sentir el correr corrosivo de las lágrimas...,
[Él[tiene inspiración, y sin embargo huye a través del silencio,
no hay peor] barrera que éste obstáculo que escupo con lamento
a todas esas luces que se quiebran en mi antorcha falta de combustible,
¿a dónde hemos caído? que nos hemos masticado a través del brillo de nuestros ojos,
amargando la esperanza que esperamos
apagarse en esa estrella latente en nuestra caja torácica...
[ . . . ]
Será que somos mártires de las mismas costumbres del destino...,
escribiendo la misma oración sin mover un músculo de mi esperanza,
creyendo en falencias de la vida
amando
las hojas
que son barridas por tus suspiros,
creyendo
que la luz del sol no se agota
como tampoco los días lluviosos
de esa incomprensión que no entiendo, cuando sonríes, mientras el mundo se está acabando por tragar-se todas sus sensibilidades y destrucciones...
[ . . . ]
Será que el amor es una conjunción de muchas maneras misteriosas que no entendemos,
y que sin embargo, nos unen desuniendo nuestros miedos
a corregir la gramática desordenada en nuestros pechos,
cuando desglosamos un te quiero
para hacer verbo a la alquimia, y evolucionarlo a un te amo,
de esos,
que no encuentran definición en los textos del pasado, presente y quizás futuro...,
sintiendo ese vínculo desgarrado a través de la historia
donde no somos personas, ni sensaciones, ni esencias,
sino que,
la razón del fin y [el comienzo]