SONETOS NOCTURNOS

Soneto # 5 ALMA OBSCENA


                      

 

Mi soledad es mala, Señor mío,

entra y verás sus mágicos fulgores

al porvenir va marchitando flores

y secando las hojas al estío.

 

Mi soledad, Señor, es como un río

de ancha maldad, bautiza de dolores

y en labios dulces deja sinsabores.

Es, al latir, volcán y desvarío.

 

Ya aprieta de una vez esta conciencia

de ser humano sin valor, ni juicio,

hazme vacío, piedra, nube, mancha;

 

o afina mi ilusión con tu presencia

que de haber sido cierta en un inicio

no hubiese sido nunca una avalancha.