Por el camino de Emaús iban dos amigos hablando
sobre el profeta tan esperado que se sacrificó en la cruz;
uno le decía muy triste, otro profeta que falló,
y el otro sólo preguntó: -que ¿ya la esperanza perdiste?
de repente les habló un hombre, -¿por qué discuten mis hermanos?
-tú no sabes lo que ha pasado, porque todo lo desconoces;
él les explicó muy sereno, la razón de aquel sacrificio,
experto en ese noble oficio, interpretó los evangelios;
lo invitaron alegremente a cenar en aquella casa,
y se les iluminó el alma cuando les dio pan de repente;
del lugar desapareció y fue entonces que comprendieron
que con el Pastor estuvieron que en verdad ya resucitó;
así ha pasado con nosotros lo tenemos a nuestro lado
y por haberlo ya olvidado nos quedamos tristes y solos;
Es momento nobles amigos de su palabra compartir
para que podamos vivir bajo su protección y abrigo;
Él jamás podrá permitir que nos gobiernen las mentiras
y es momento para que escribas que el buen Jesús ya está en ti...