CONTINÚA LA AVENTURA EN TIERRA MASÁI
Con los primeros rayos de sol, salieron hacia el bosque, corriendo hasta cansarse, pero felices de estar allí, nuevamente reunidos para compartir otra gran aventura en masailandia.
Jara insistió en que vivieran su experiencia en esa linda tierra y con mucha constancia y empeño logró que sus dos amigos accedieran a casarse con gente masái; Jareth se casaría con una de las mulatas de la aldea, Njoki, una joven de 18 años, cuerpo esbelto, lindos ojos y muy cariñosa y Azul se convertiría en la décimo tercera esposa de uno de los hombres más sabios de la región, Muga, quien ahora se caracteriza por su gran conocimiento de la cultura y portador de la voz de los espíritus.
A Jareth lo delatan los nervios y a Azul se le concentran en el estómago. Ambos no pegaron el ojo toda la noche, pensando en sus respectivas parejas.
Jara ha pasado bailando en un pie de felicidad, pensando que los acontecimientos la unirán más a sus amigos, pues ella hace mucho tiempo es la primera esposa del jefe de los masáis.
La jovial amiga desconocía que Jareth y Azul habían tramado un plan para escaparse de sus obligaciones conyugales.
El bosque era mágico, podría decirse que era igual al de los cuentos de hadas, salvo que éste era real. Los animales los atacaban con delicados abrazos, en especial, el león.
Azul y Jara, como siempre hablando cosas de mujeres, mientras Jareth se escurría de los brazos de Njoki cuyo fin era quebrarle los pocos huesos, o bien, que sonaran como galletas de soda, lo cual le hacía inmensamente feliz.
El sol empezó a caer de golpe en sus sensibles cuerpos, por lo que, tuvieron que entrar a las cuevas, las mismas a las que Jara una vez se negó a ir.
Azul estaba muy nerviosa, pero a la vez confiada, Jara le dijo que se casaría por requisito, su futuro esposo era muy anciano y no podría cumplirle como hombre, pero si se llegaba a poner impertinente le dio unas hierbas para preparar un brebaje que lo induciría al sueño.
Jara había escogido la mulata más bella para Jareth, se la presentó de forma especial que, él de una vez captó su plan. Y, es que esta chica masái quería siempre lo mejor para sus dos amigos del alma.
Todo era júbilo en aquellas aldeas, todo se realizaba de maravillas. Las bodas estaban a un par de horas para concretarse, y como regalo de bodas, Jara quería regalarles un poema de su puño y letra, pero, no era un poema común y corriente, ella, era muy buena escribiendo que decidió hacerles un “soneto inglés” y más o menos así decía aquella perfecta composición:
Cuando la vida duele, duele todo.
Te duele desde el alma hasta la ropa,
resulta amargo el vino de la copa,
y de encontrar la luz no ves el modo.
Pero nunca desistas de buscarla,
porque esa luz existe en el abrigo
de la mano tendida de un amigo,
y en su dulce calor podrás hallarla.
Es cierto lo que digo, yo lo sé,
pues encontré la luz de la amistad
que llegó a mí vestida de verdad
y aquella nube negra ya se fue.
Si a la amistad yo hiciera un monumento,
seguro que los dos seríais su aliento.
Después que las lágrimas de los jóvenes rodaron por sus mejillas, al finalizar Jara su poema. Los tres se percataron que el tiempo había hecho lo suyo y había llegado el gran momento.
Azul y Jareth no hallaban en donde meterse, pues, ya era hora de ejecutarse dichas ceremonias, y estaban muy nerviosos, pues, su amiga Jara les había dicho que, luego de aquel acto habrían de realizar una danza con sus parejas, cuyos pasos desconocían.
Al son del tambor los jóvenes comenzaron a danzar alocadamente, con pasos improvisados lograron ser el hazmerreír de la reunión, pero finalmente las bodas se realizaron sin mayor percance.
Después de la ceremonia los recién casados se trasladaron cada uno con su pareja a sus respectivas chozas.
Jareth y Njoki fueron los primeros en retirarse de la fiesta, yéndose a su nuevo hogar, pues, tal parece que ya querían celebrar, pues, al final Njoki pudo convencer al joven esposo, diciéndole que todo sería color de rosa con ella. Por lo tanto, Jareth, intentando ser romántico le compuso el siguiente poema:
EXOTICA BELLEZA
No encuentro la palabra más exacta
que describa tu exótica belleza
te he observado de pies a cabeza
y toda tu silueta, a mí, me impacta.
Mi mirada en tu piel poco redacta
haciendo de mi mente débil pieza
y para describir con sutileza
es necesario que esté siempre intacta.
Reconozco, eres bella; totalmente
y, la verdad; para doblar la frente
no nací, pero hoy, ante ti me rindo.
Te ves guapa y lo digo con respeto
y con esta gran lírica: soneto,
¡chica; por tu belleza rara brindo!
Muga y Azul se retiraron a su choza un poco alegres por el licor de maíz que ambos habían ingerido.
El anciano era el más sabio y viejo de los masáis, no dejaba de relatar historias fascinantes. Azul olvidó el plan del brebaje y se dedicó a escuchar con sumo interés. Luego se le ocurrió que podían divertirse toda la noche y así lo hicieron, entre bailes, juegos y risas pasaron las horas hasta despuntar el alba. Azul no dejaba de asombrarse por la sabiduría de aquel hombre.
Muga, también estaba intrigado con aquella mujer y aunque no entendía las locuras que hacía y decía le inspiraba respecto y recién un especial cariño.
Jareth y Njoki fueron los primeros en aparecer por la choza de Jara, después asomaron Azul y Muga para saludar.
Jara, Azul y Njoki dispusieron hacer un delicioso desayuno para sus esposos. Todos estaban muy felices, compartiendo ese momento. Luego los visitantes se retiraron a preparar su equipaje para partir.
Chiumbo y Jara se mostraron muy complacidos por el respeto y cariño que compartían con aquellos dos jóvenes.
Jara se deshizo en besos y abrazos para con sus amigos, los tres se abrazaron fuertemente y de sus rostros se desprendieron nuevamente perlas mojadas.
La despedida de sus respectivas parejas también fue conmovedora, ninguno sabía si volverían a verse, si podrían estar juntos de nuevo, así que esta fue como una despedida definitiva, de esas que no puedes volver la vista atrás, pero que quedan grabadas en el corazón.
Chiumbo dispuso una carreta para trasladar a los visitantes a la terminal del tren.
Una vez en el tren Azul y Jareth intercambiaron sus experiencias y se prometieron así mismos volver algún día para compartir un poco más con esa linda gente.
The End