Disolvente la sangría florecente de la auguria benevolencia maléfica inclinada en mi pecho rozido ahuyéntate que desgarra mi alma consumido de petróleo soleado despertar desosegado de lluvias peregrinosas aleteando cada mejilla rojiza entre la pelusa plateada de tus cabellos rubios enfureciéndome versátilmente en los cosmos valvusiando el aire de las partículas corren las garzas en su desesperación de buscar a su presa umbría mortífera de este delirio infinito surtiando cada papeleo montañoso deslizando el tobogann hasta llegar a las cuevas más frías aferrado en las disturbias marinas machedumbrando el destelado y furioso invierno delirando con mis latidos afectuosos resignando cada purpurido enveloso de tu boca vigilando el vino tinto aromatizado del infinito aire disolvente entre el celado otoño y las turbias mareosas de este delirio infinito