Fue un momento, una ilusión,
un suspiro verde y grana
que ensombreció a una mañana
fruto de alguna traición.
Y el balcón, aquel balcón,
y aquella brisa malsana
conjuraron la función
dejándose el corazón
allí, junto a la bocana.
Perdón ¡gritaste perdón!
y perdón repitió el eco.
Todo el mundo en la estación
repicando el mismo son
la cabeza volvió en seco.
Del tren, arrancó el vagón
y se asomó a la ventana
una chiquilla sultana
que una lágrima soltó,
En la brisa la envolvió,
voló y desapareció
entre las ondas hercianas
y aquella rosa temprana
de aquel sueño se esfumó...
©donaciano bueno