Cartas, cartas, cartas…
¿Cuántas cartas recibiste?
¿Cuántas cartas has enviado?
¿Cuántas veces sonreíste?
¿Cuántas veces has llorado,
por cartas que tu mandaste,
por cartas que te han mandado?
¿Cuántas cartas yo te he escrito,
Puño y letra de mi mano?
¿Han sido pocas o muchas?
¿Con quién más me has comparado?
¿Tal vez algo parecido
a otro que te haya amado?
¿Tal vez en mi carta dije,
Lo que otro te ha mencionado?
¿O soy para ti uno de esos
Amaneceres soñados?
Que no se compara a nada
Que hombre alguno haya creado.
¿O soy un atardecer con arreboles dorados?
Sea como fuere mi reina
Me tienes enamorado,
Y te seguiré escribiendo
Hasta que muera mi mano.