HADA (de mi libro “Tal vez son poemas, tal vez son tristezas”)
Un hada bajó del sol,
porqué quería enamorar,
seductora me miró...
y se me hacía desear.
Rojas rosas de pasión
en sus manos transportaba,
manos tiernas y rosadas,
en glamoroso temblor.
En el gesto de su cara
había un rasgo intangible
y en el rulo de su frente:
atracción irresistible.
Cual otoño, enmarañado,
el caracol de su pelo,
fino y excelente velo,
balanceaba acompasado.
Su vestimenta de nieve,
vinos morados y sangre,
acompañaba a sus dientes,
a sus ojos y a sus labios.
Jugosa sonrisa vierte,
exuberante su boca,
que a diez mil besos ardientes
¡invita, llama y provoca!
Cerca del río bajó
y con mirada excitante:
me conquistó al instante
y mi corazón la amó.
Ahora con ella sueño,
sólo volverla a ver quiero,
poseerla, ser su dueño,
¡sin ella estoy que me muero!