El sol navega sobre la playa
con esa tibieza brillante de la mañana
y la paz de las aguas
humedece los dedos de mis pies
mientras te extrañan.
Imagino tus besos...
como suave brisa de cierzo
que refresca mi cara,
imagino la textura de la piel de tus manos
que suavemente me acarician la espalda.
Sabes...? te hecho de menos vida mía,
aunque jamás mi orgullo te lo diga,
que al desandar lo andado
siempre miro al cielo
para que Dios te bendiga.
Nuestro amor
es como la semilla de un bosque...
que todavía no ha crecido.
Mis ganas locas de amarte
son como un mar de deseos de estar contigo.
Tu eres la única forma y manera
que tengo de soñar que me domina,
como la neblina que se disuelve
entre la luz del sol que la ilumina.
Tu le traes rosas a este amor
que siempre estuvo cubierto de espinas.
Tú me has besado con ternura
aunque yo no haya podido sentir tus labios.
Como una caricia de otoño
que divaga entre los bosques de la mente,
como el olor del hogar que me relaja
y me hace sentir tan diferente.
Siento el aroma del mar que me va atrapado
entre la calida brisa del mediodía.
Imagino una botella flotando en el mar
con palabras tuyas ahí metidas.
Te veo nadar hasta los brazos
de una puesta de sol vacilante,
quizá buscando el camino
que te lleve a otra parte.
Mi querido amor...
hay un camino que te lleva a donde tu quieras ir.
Todo lo que necesitas hacer
es encontrar la manera de empezar el viaje.