Es cierto dicen los abuelos la vida sigue su curso, uno muere y el mundo sigue girando
Uno es como un granito de arena en medio de un gran desierto,
que al no poder uno refugiarse muere irremisiblemente de insolación,
sufriendo de antemano un golpe de calor probablemente un derrame cerebral;
no es la vida un desierto árido y sin esperanzas, como símbalo que retiñe;
también es un soneto sin sentido que va y viene como si estuviera perdido
buscando un amigo que lo acompañe
si la vida a veces parece absurda y en muchas ocasiones estúpida
Pero lo que la vida me ha enseñado es que tiene sus pro y sus contras
tiene sus momentos dulces como la miel
y sin sabores como el amargo del limón
y pensádolo más bien la vida es una oportunidad para reír, llorar, comer, deleitarse en los placeres de la vida que aunque a simple vista se ven tan normales
cuando no lo tenemos ¡Como nos hace falta verdad!
pero al final de cuenta uno no es nada en este pequeñito mundo
si tal vez los abuelos tenían razón
somos un grano de arena en este inmenso desierto árido;
que en ocasiones tenemos la suerte de encontrarnos con un oasis
que nos llena la vida y nos alegra el corazón