Poeta sin alma

Lo que ahora soy

En oscuridad profunda
se encuentra mi mente,
todas las emociones
se confunden con el negro
llanto que hoy me consume.
Miro alrededor y veo paredes,
techo o suelo, el cielo el azul
la luna vestida de blanco,
y nada es lo mismo sin ti.
Siento cómo mi cordura
enloquece, mi sangre languidece 
y mis versos son filamentos 
de cementerio en las noches.
Mi única existencia sentimental
se muere
porque mi amor está aquí
y yo estoy tan lejos de mi…
Soy solo un fantasma levitando
como duna por la arena,
que duerme desnudo en un sepulcro
de recuerdos y vanas heridas.
Se oscurecen las ideas
y el firmamento de colores
pierde su longitud y su onda
deslizándose entre el blanco 
y el negro de los pensamientos.
Y yo, que nunca sé si estoy vivo 
o muerto; si mi cabeza está sana
o soy un loco o un niño
que llora desconsoladamente,
me despierto con letras frescas
cada vez que los temores me acarician
desde la lírica guitarra rugosa
que descansa en mis brazos
su andar musical.
Soy una pausa intrigante y acechadora
que desconoce en qué lugar, dimensión 
o momento volverá a ser uno mismo
y no un mar que llora,
como niño aterrado y perdido, 
desconsoladamente.