Hablo de lo que he pensado y aún no he visto,
que un día quise soñar y no he soñado,
y que, aun desconociendo, lo desvisto
y que sin presentir ya he imaginado.
Grito por mi y por aquellos que no gritan,
que su voz en el olvido se ha olvidado,
que en tinieblas son sombras que aún tiritan
o ambiciosas de ronquidos no han roncado.
Y ya, escribo, hasta el final, como aquí escribo
sin descubrir para qué, cómo ni cuándo
pues mientras hago que vivo me desvivo,
e invito, sin conocer lo que prescribo,
mis deseos de abjurar a dios jurando
y entre tanto maremoto aún sigo vivo.
©donaciano bueno