No iba a esperar toda mi vida
Asomado y adornando la ventana
el día que recuerdes a este príncipe
que intentó,porque te amaba, salvarte.
En otro momento hubiera cambiado el reloj
para que el futuro se encuentre más cercano
y así la espera fuese menos eterna
y fuera menos dolorosa la herida.
Ahora salí a jugar por mis jardines
buscar nuevos horizontes, otros corazones,
olvidar mis sentimientos e inventarlos algunos.
Este es indudablemente mi comienzo.
A que escriba la primera frase célebre
del pasaje espiritual que abre
a medias la puerta de la felicidad
hacia una nueva esperanza.