Sus ojos son ternura,
frondoso su pelaje,
sus ojos; su armadura
cuando encamina un viaje.
Da brincos eufórico
a la hora de jugar,
sus ladridos son armónicos,
no los usa al atacar;
Muy dócil, apacible
nunca deja rastro,
verle bravo imposible;
es un perro manso.
Cuando la luna abarca
lo alto de los campos,
él muy fiel se aparta
y busca sus harapos...