El encuentro de tu diosa Venus con mi experiencia y oficio promete
un tiempo de placenteros suplicios.
Inicio.
Te sumerges en la bañera del sacrificio
agua caliente
un delicioso vicio
te hundes y emerges y entro yo con Dionisio
con tu lengua envolvente
le das un breve anticipo.
De pronto tu vientre entra en un torbellino
cuando con mi boca lo acaricio
con mi lengua lo mimo
tanto que de sus napas brota un limo
una vertiente
que bebo cual vino.
El canto de las Walkirias es un cantar divino
pero el tuyo es un manantial que despierta mis nobles instintos.
Más mi lengua hoy es ofidio
y su labor no ha concluido
por ella una eternidad se quedaría en el limbo
de este lugar tuyo tan bendito
y otros que dicen prohibidos.
No hay apuro
el mundo se ha detenido
la ciénaga de tus manglares regurgitan lava y te invito
a pasar al dormitorio a continuar con el rito
que hoy es de largo aliento
casi del infinito.