Hay un girasol, se va marchitando
con el frío y sus pétalos siguen cayendo.
Son tan suaves que no paro de mirar,
como este girasol va muriendo.
Uno tras uno los pétalos van cayendo,
con la serenidad que tiene un derrotado
se van acumulando en la mesa del tiempo.
Uno tras uno siguen cayendo,
grito tu nombre,
que tan largo es la espera
de la respuesta.
Vuelvo a gritar
quien esta allí?, solo el
viento me responde.
Y es la paranoia de mi soledad
que me hace pensar que tu estas?
mientras el girasol busca la luna
con sus últimas fuerzas, mi cuerpo
se marchita, y estaré esperando.