Llegará el día
que leas este poema,
o quizás todos mis poemas,
y podrás ver tu silueta en ellos.
Por qué te pienso, te sueño y te veo
cuando escribo,
tibiamente a mi lado,
con ese aroma embriagador
de tu esencia, de tu presencia,
mi mano ávida de libertad
escribe con el deseo anclado
de tenerte cerca
te llama a través de las letras
y grita en versos su amor.
No puedo dejar de pensarte,
no puedo dejar de soñarte,
que escribiría mil veces
este poema, si con ello
consigo amarte.
Te quiero y quiero tu sonrisa;
tu mirada en mi mirada;
tu sueño en mi sueño;
tu pensamiento en mi pensamiento.
No puedo más que ver, pensar y soñar
que leerás este poema
y no lo olvidarás.