El susurro de las hojas por la terneza de la brisa
me hace recordar el sensual viaje
de tus yermas vagabundeando
dentro del laberinto de mi cabello,
dibujando tatuajes en mi silencio
Las astas que se mecen por las ráfagas del viento
me hacen recordar nuestro apasionado abrazo
bajo sábanas en llamas,
nuestros ardientes cuerpos entrelazados,
las preocupaciones del mañana echadas al olvido
Gotas de lluvia de nubes nefastas mojan mi cara
y me hacen recordar tus besos,
los primeros robados,
los demás como dulces encantos
sin ceremonias festivas.
Este refugio que el tormento me obliga buscar,
me hace recordar el albergue en noches invernales,
un pleamar que nos arastró en olas de gozo,
inundándome en tus profundidades
sin querer subir a respirar de nuevo
Mi único consuelo para mi afligido corazón
es la esperanza que cada lágrima
derramada por tu engaño
y cargada con el dulce sabor de la nostalgia
me alivie de este dolor
hasta que la herida se cicatrice
La foto la tomé en la Isla de Mainau, el Lago de Constanza, Alemania