Victor Florez

Rozar tus manos.

Rozar tu mano con la mía,

sentir la calidez desvanecedora

de tormentos, sólo con rozar tu mano;

sentir como exudaban,

estaban tan cálidas

las suaves palmas de tus manos

que contrarrestaron el frío

que inundaba las mías;

no sé que pudo despertar

semejantes sentimientos

ante algo tan nimio

como rozar las manos de alguien,

pero eso, mujer de mi delirio,

fue fantástico, fue como si

mi alma, fría y abnegada,

se hubiese tornado tibia

al rozar con tu ser.

Aún no entiendo

cómo logro ser tan cobarde

para no confesarte lo que siento,

ó, al menos, atreverme a darte un beso.