La mañana era luminosa y la temperatura perfecta, los pájaros cantaban más que nunca, en una palabra: la primavera había estallado sembrando por doquier alegría de vivir, a pesar que los acontecimientos cotidianos hacen que a veces, den ganas de dejar de respirar y mandar todo al demonio,(pero esa es otra historia).
Ese día había suficientes motivos para hacerlo diferente a los demás y no era para menos, recibí una llamada telefónica en la cual un amigo me comunicaba que alguien, después de leer algo que yo había escrito, le pidió que lo contactara conmigo.
Al preguntarle el motivo por el cual quería verme, le contestó como la cosa más natural del mundo, que después de repasar mi trabajo notó con alarma EL ESTADO MENTAL DE MI PERSONA...y que sería muy esclarecedor hacerme un estudio in situ de mi personalidad..
Como ustedes verán , se justificaba mi excitación previa al encuentro con dicho personaje, ¡ah! en medio de todo este delirio olvidé decirles, que el misterioso interlocutor era un tal “SIGMUND FREUD”...¡NO SE SI LO UBICAN!.
El lugar de la cita era una confitería por el barrio de Belgrano que no voy a nombrar, para no hacerle propaganda gratis (faltaba más).Apenas entro, noto que en una mesa en el fondo del local estaba sentado un estrafalario individuo, vestido con una levita negra y una gran barba, revolviendo su café a una velocidad asombrosa, salpicando a todo el que estaba a su alrededor.
Luego anotaba en una libreta el resultado de dicha acción, acompañado por una sonrisa de satisfacción digna de mejor causa, al instante decidí huir de allí pero se dio cuenta y me hizo una seña para que fuera hacia él, NO LO PODÍA CREER.
Cuando lo tuve frente a mi le pregunté, como se había dado cuenta que “el susodicho” a esperar era yo, contestándome con mucha soltura: POR LA CARA DE TRASTORNADO QUE TENÉS.
Acto seguido y sin darme tiempo a nada, saca del bolsillo una cinta métrica y comienza a medirme la cabeza, mientras tanto yo trataba de poner distancia entre nosotros, en un momento dado empezó a medirme la entrepierna y por lo bajo decía a cada rato...”MUY INTERESANTE”, el que esto les cuenta saltaba como una marioneta para que no me tocara...y él me corría para seguir midiendo.
Esto era lo más parecido al ballet de”LOS LOCOS ADAMS”, la gente en ese ínterin se había parado creyendo que era algo preparado para entretenerlos, aplaudían a rabiar mientras gritaban otra, otra, otra....
Luego de no pocos esfuerzos pude pararlo abrazándome a él, pensé seriamente que se iba a ofender ¿y a que no saben con que me salió el colifato?, muy circunspecto me dice: ya que estamos así ¿bailamos?.
Lo único que me cruzó por la cabeza, fue pensar seriamente: ¿CÓMO PUEDE SER QUE ME DEBAN PASAR TODAS ESTAS COSAS JUNTAS... Y EN UN MISMO DÍA?.
Después de todo este disparate le pedí al VIENÉS que salude conmigo al público y nos fuéramos rápido, antes que se dieran cuenta que estábamos LOCOS DE VERDAD.
después de esta aventura de ciencia ficción, creo que es conveniente una reflección seria y comprometida con respecto al mejor vivir, sin tener que llegar a meter el dedo en el enchufe.
Si de esta manera viésemos con horror que no dio resultado, encomendémonos a la sabiduría de científicos como FREUD, PERO POR SUPUESTO QUE EL CONTACTO CON DICHO SABIO, LO VOY A REALIZAR YO, QUE PARA ESO ME RECIBÍ DE ¡CHAPITA!...CON EL MEJOR PROMEDIO.
Boris Gold (simplemente...un poeta)