Mis padres fueron muy sabios
y me hicieron compartir
ese gusto por vivir
con la flor entre los labios.
Y la miel de resabios
saboree y se agotó,
con su ausencia golpeó
mi nobleza y bondad,
sembrando en mí la maldad
que fuerte me aprisionó...
Y mi mundo por siempre trasnformó.
Un beso y una flor.
Alfredo Daniel López.