Un veintidòs de mayo me diste tu salvia tibia,
antes tu sangre alimentaba mis arterias.
Madre amada, mucho tiempo te odié.
Las flores aromàticas limpian este aire triste.
Al acariciarte con el sentimiento de mi alma viva,
siento tu sonrisa, niña emocionada por saberte amada.
Madre amada, mucho tiempo me dañé.
Los colores de las flores iluminan este día ausente.
Me dejaré amar por tu verdad a manos llenas,
esa que rechacé cuando tanto me necesitabas.
Madre amada, mucho tiempo morí.
Abro mi pecho para que acaricies sin fin.
Ese veinte de enero de tus ojos brotaron dos lágrimas.
Líquido de amor en la partida hacia la no vida.
Madre amada, mucho tiempo te perdí.
La voz de tu recuerdo me guiará hacia tí.
Se romperán las tristezas, se arreglarán los huesos.
Habrá un camino vello que recorreré con gozo.
Amada Madre, niña, mujer, amorosa, colérica, libre y presa;
Como haces de luz irradiabas sentimientos y emociones.
Amada Madre, incomprendida, maltratada y despreciada.
Tanto dolor me hiere, ¡te quiero tanto!.