Existen tiempo en que la vida se angosta
y parece que la vemos por una rendija
lo que pasa enfrente es delgado, incompleto
y no distinguimos el qué y ni su forma.
No es que todo se encogió de repente
ni que la vista nos funcione mal
sino que miramos desde un punto estrecho
donde no caben el ser y los sentidos
y ni siquiera podemos pasar la piel.
¿Cómo se llega a esta jaula oscura?
¿Cómo escapar de esta trampa filosa?
De este divorcio entre vivir y vida
de esta separación entre el ser y su sentido.