A tientas voy buscando una meta para mi vida. En silencio trato de entender lo que significa poder respirar. Es todo tan oscuro ahora; desearía que existiera la luz de la que todos hablan. Sin embargo, ahora solo me queda el silencio armónico y estas ganas de llorar.
Estoy perdida, solitaria y aturdida en un área que no conozco. El tiempo me pasa por los lados como cuchillas demostrando que son mucho más fuertes que yo. Soy pequeña, débil y lo sé pero, ¿por qué el mundo se encarga de recordármelo?
Ahogo un grito, para no romper la estabilidad del silencio y me encuentro con unos labios: tus labios. Intento verte pero la oscuridad me recuerda que permanezco en el infinito. Mis manos tocan tus lágrimas y caigo en cuenta de que también estas perdido. Acallo el sonido de tu voz con un beso atrevido que te dice lo mismo que me dijiste cuando te encontré: ya no estás solo.