¡LIBERTAD, MADRE!
Ya se ven las cándidas palomas
surcado por los senderos,
y miles de golondrinas
llevando prosas y versos.
Que se enciendan los caminos
y que vengan los presagios…
porqué los quiero cerrar
¡si yo los quiero perfectos!
¡Querida madre del viento!
y cuánta sed tengo de verte
y cuánta sed tengo de amarte
y qué ansias locas de quererte.
Cuánta oh, madre, de abrazarte
y quiero que la estirpe del mundo
te quiera como propia madre
abridle los portones del alma.
Vosotros salvadores de patrias
y vos cobardes y dictadores
todos los buenos hipócritas
y aquellos burdos farsantes.
Ella tiene por ventura
hacer de sombras lunares;
miradla esclavos míos
como por vosotros baja.
Que turgencia es la suya,
que con amor os abraza,
no veis que agraciada viene,
y qué señorial y galana.
Como atraviesa la aurora
de madre y de capitana;
yo me postro ante ella
y le rindo hasta mi alma.
Por ella lloro con pena
por ser nuestra madre querida,
acercarte oh, madre mía
y funde la nueva patria.
Arriba los pobres del mundo
que son la escoria cautiva.