Sin palabras que decir para comenzar de nuevo,
sin pensamientos que me lleven nuevamente por aquel sendero,
no basta el ruido para ocultar esta ausencia,
no es suficiente el aroma de la rosa para olvidar el aroma de tu piel.
Cierro los ojos por un instante y me dejo llevar por el sueño,
contemplo tu rostro sonriente como siempre,
temblorosa se desliza mi mano en tu mejilla,
lentamente estrechados en un abrazo nuevamente.
Y aquí me tienes como antes,
sin titubear al pronunciar tu nombre,
temes que un amor, tu amor destruya,
que un cálido soplo de ternura lleve mi corazón,
sin pensar que solo tengo un corazón que ya te lo dí.
RICVEL