todo sería luminoso entre los dos
pero te llamas piedra.
A veces caliente como las de los desiertos
a veces gélida como las de las altas montañas
y solo a veces puedo fundirme en ti
y las más de las veces me matas.
No tienes consciencia
ni idea en donde te hallas
ni te arrebatan estos sentimientos que tengo por ti
te dan lo mismo.
Con los siglos volverás a ser arena
ventisca
y quizás te lleve el destino al mar
y renazcas otra vez entre las algas.
Te llamas piedra
y yo soy fuego.
Te llamo luego
por si te encuentro
esta noche disponible para amar.