Diaz Valero Alejandro José

Avilio, el grillo con alma grande y pureza en el corazón (Cuento)

 

AVILIO, EL GRILLO CON ALMA GRANDE Y PUREZA EN EL CORAZÓN (Cuento)

 

UNA EXTRAÑA COINCIDENCIA

 

En un viejo pueblo vivía un grillo llamado Avilio.

 

El grillo Avilio, era un insecto muy amistoso que había descubierto muchas cosas interesantes en su árbol genealógico y por eso se sentía muy feliz.

 

Él había nacido en un pueblo llamado Quilpino, que era un lugar muy campestre donde su bisabuelo había vivido y compartido vida amorosa con su bisabuela, la grilla Emilia.

 

Avilio tenía seis hermanos, cuatro grillos y dos grillas, pero el único que llevaba el nombre de su famoso bisabuelo era él. En realidad llevaba el nombre de su padre, y éste a su vez de su abuelo y aquel del famoso bisabuelo, el que tenía las antenas de alambre y las alas de cartón.

 

Avilio había nacido y se había criado en el mismo pueblo, jamás había salido de allí, solo eso lo diferenciaba de su bisabuelo que era un grillo muy viajero y según cuentan, había recorrido muchos pueblos y había dejado historias en cada uno de ellos.

 

Cada vez que Avilio conversaba con alguien siempre le hacían mención de su bisabuelo.

 

Una tarde mientras conversaba con la cucaracha Eustaquia, su conversación se refirió a una extraña coincidencia:

 

-Hola, ¿cómo te llamas?, preguntó la cucaracha

 

- Avilio, respondió el grillo, ¿y tú como te llamas?, preguntó a su vez a la cucaracha

 

- Eustaquia, soy la cucaracha Eustaquia, la que salta y baila en una sola pata

 

- ¡Ah, con que eso tenemos!, le comentó el grillo, pues yo soy Avilio el grillo con alma grande y pureza de corazón

 

- Ja ja ja vaya coincidencia, comentó Eustaquia, mi bisabuela nos contaba historias todas las noches y en una de esas historias nos habló de un grillo muy famoso que tenía tu mismo nombre, pero además tenía las antenas de alambre y las alas de cartón, en cambio tú tienes el alma grande y pureza de corazón.

 

- No amiga, allí no hay coincidencia, ese grillo que mencionaba tu bisabuela era mi bisabuelo que también se llamaba Avilio.

 

- ¿Verdad? ¿Tú eres bisnieto de aquel famoso grillo?

 

- Claro que sí, y aunque no sea tan famoso como él, me siento feliz de todas las hazañas que él pudo lograr.

 

- ¿Y qué se siente tener un bisabuelo así?

 

- Una gran alegría, imagina que hasta su nombre llevo, conocer su historia fue para mí muy importante, por eso quiero también ser famoso a mi manera, sé que mi bisabuelo se sentiría orgulloso si logro seguir sus pasos.

 

-Vaya, tú si que tienes suerte, le dijo la cucaracha, pues yo me llamo Eustaquia y mi bisabuela se llamaba Clementina.

 

- Bueno al menos las dos terminan en “a” le dijo Avilio en señal de consuelo

 

- Ja ja ja, tú si que eres gracioso, deberías llamarte Avilio el grillo con alas de hojaldre y cabeza de chicharrón.

 

- Je je je que ocurrente eres tú, amiga, tú deberías llamarte Eustaquia, la cucaracha que salta y baila vestida de facha.

 

- Bueno dejemos las cosas así, dijo Eustaquia, me alegro saber que tu bisabuelo fue el grillo Avilio, el que tenía las antenas de alambre y alas de cartón.

 

- Y yo me alegro que tú seas Eustaquia, la cucaracha que salta y baila en una sola pata, ojalá que cuando tú seas bisabuela, tus biznietos te recuerden con la misma alegría y orgullo con que yo recuerdo a mi bisabuelo.

 

Y ya no hablaron, ambos se abrazaron y se despidieron hasta otra ocasión, y yo también me despido porque llegó la hora de comer turrón.

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Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Maracaibo, Venezuela